(Si el clamor es popular les pondré un par más de ejemplos de redactados funcionariales)
Cumplida la solicitud con el comentario pertinente (más largo de lo deseado) y habiendo, nuevamente, hablado de libros cuanto no tocaba, vamos al tema que quería comenzar.
Se trata de hablar de ese lenguaje actual que se ha venido en llamar o englobar, el “lenguaje políticamente correcto”, es decir, el uso de términos, palabras, expresiones, modos que no puedan ser interpretados como infravaloración, menosprecio de personas, colectivos, etc. También para suavizar expresiones demasiado duras o que puedan asustarnos al personal.
Dada la larga extensión de este artículo y visto que queda mucho tema por delante, voy a realizar una parada técnica hasta el próximo, pues creo que artículos largos, sí que asustan al personal y los lectores escapan (Norma nosequenúmero del decálogo del buen bloguista), o sea, corto y cierro.
El lenguaje de los políticos
http://juegosdelaberintosgratis.com Aunque hoy no toca hablar de libros y autores hablaremos de uno. Se trata de un libro que he leído durante las vacaciones, su título “Dos visiones de España”.
Es un libro más que oportuno, oportunista y lo digo porqué se trata de un libro que recoge dos discursos realizados en las Cortes de la segunda república española sobre el tema del Estatuto de Cataluña de aquella época y que entonces ya denominaban “el problema catalán”. Por la actual situación política sobre ese tema es que me atrevo a llamarlo oportunista, pero también es oportuno pues refleja que, hoy en día, los conceptos y argumentos siguen siendo los mismos. Los dos discursos corresponden a José Ortega y Gasset, que representa la derecha de entonces y la oposición a ese estatuto y por el otro lado, Manuel Azaña, representando a la izquierda que creía en la conveniencia del Estatuto de entonces.
Como no quiero entrar en una discusión política sobre ese asunto, aparco la controversia y voy a la Juegos de Laberintos Gratis de la que quería hablar. Y la cuestión es el lenguaje de los políticos. Actualmente no tenemos, de largo, ningún buen orador entre nuestros políticos, todos basan sus alegatos en los mismos conceptos y la repetición machacona de frases como hacía Aznar y como, ahora, hace Zapatero o el estilo ametralladora de un Fraga. No hablemos de elementos como el señor Zaplana y similares. Pero esto es un tema que se arrastra de hace tiempo, quizás en estos últimos tiempos los que destacaría serían Roca Junyent que tenía gran facilidad por la oratoria y hasta cierto punto Alfonso Guerra en cuanto a su extensa cultura, pero que echaba a perder con esa mordaz ironía e incluso sarcasmos, llegando a veces al insulto descarado.
Cumplida la solicitud con el comentario pertinente (más largo de lo deseado) y habiendo, nuevamente, hablado de libros cuanto no tocaba, vamos al tema que quería comenzar.
Se trata de hablar de ese lenguaje actual que se ha venido en llamar o englobar, el “lenguaje políticamente correcto”, es decir, el uso de términos, palabras, expresiones, modos que no puedan ser interpretados como infravaloración, menosprecio de personas, colectivos, etc. También para suavizar expresiones demasiado duras o que puedan asustarnos al personal.
Dada la larga extensión de este artículo y visto que queda mucho tema por delante, voy a realizar una parada técnica hasta el próximo, pues creo que artículos largos, sí que asustan al personal y los lectores escapan (Norma nosequenúmero del decálogo del buen bloguista), o sea, corto y cierro.
El lenguaje de los políticos
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Es un libro más que oportuno, oportunista y lo digo porqué se trata de un libro que recoge dos discursos realizados en las Cortes de la segunda república española sobre el tema del Estatuto de Cataluña de aquella época y que entonces ya denominaban “el problema catalán”. Por la actual situación política sobre ese tema es que me atrevo a llamarlo oportunista, pero también es oportuno pues refleja que, hoy en día, los conceptos y argumentos siguen siendo los mismos. Los dos discursos corresponden a José Ortega y Gasset, que representa la derecha de entonces y la oposición a ese estatuto y por el otro lado, Manuel Azaña, representando a la izquierda que creía en la conveniencia del Estatuto de entonces.
Como no quiero entrar en una discusión política sobre ese asunto, aparco la controversia y voy a la Juegos de Laberintos Gratis de la que quería hablar. Y la cuestión es el lenguaje de los políticos. Actualmente no tenemos, de largo, ningún buen orador entre nuestros políticos, todos basan sus alegatos en los mismos conceptos y la repetición machacona de frases como hacía Aznar y como, ahora, hace Zapatero o el estilo ametralladora de un Fraga. No hablemos de elementos como el señor Zaplana y similares. Pero esto es un tema que se arrastra de hace tiempo, quizás en estos últimos tiempos los que destacaría serían Roca Junyent que tenía gran facilidad por la oratoria y hasta cierto punto Alfonso Guerra en cuanto a su extensa cultura, pero que echaba a perder con esa mordaz ironía e incluso sarcasmos, llegando a veces al insulto descarado.